Basurero de Agbogbloshie

  • El basurero de Agbogbloshie es el basurero electrónico más grande y contaminante del mundo.
  • Cada año se generan en todo el mundo más de 40 millones de toneladas de residuos eléctricos.
  • Los grandes productores de estos desperdicios son China, Estados Unidos, Canadá y los países de Europa.
  • Solo una pequeña parte de esta chatarra —en torno al 15,5%— se recicla en el llamado “primer” mundo, con métodos eficaces y seguros desde el punto de vista medioambiental.
  • El resto se empacan en contenedores y son enviados a países del tercer mundo como Ghana.
  • La mayoría de esta chatarra electrónica llega al Basurero de Agbogbloshie, en pleno centro de Accra.
  • Agbogbloshie recibe 600 contenedores de residuos electrónicos cada mes.
  • Allí, hombres, mujeres y niños extraen cobre, aluminio y otros materiales.
  • Para extraer estos metales queman la chatarra electrónica, que no pueden recuperar.
  • Esta quema tiene que ser permanentemente agitada con una vara, para que los metales se puedan desprender.
  • Los fuertes gases tóxicos, que generan estas quemas, causan daños irremediables en los hombres y niños. La esperanza de vida en el basurero apenas llega a los 30 años.
  • “Sodoma y Gomorra” como se conoce a este basurero es catalogado como el lugar más contaminado del mundo. Incluso por delante de Chernóbil.
  • Una vez extraídos, al precio humano que hemos visto, estos metales vuelven a embarcarse hacia las fábricas de productos tecnológicos de los países “desarrollados”.

 

Este es uno de los principales dramas de los niños que viven en las calles de Accra. Cerca de un tercio de la chatarra electrónica del mundo termina allí. En Agbogbloshie aterrizan todos los años unos cinco millones de aparatos electrónicos inservibles.

La chatarra electrónica es “importada legalmente” como “ayuda tecnológica al tercer mundo” y, una vez recuperadas partes de las piezas y extraídos los metales, son luego “exportados” a Europa, Estados Unidos o China. Este “negocio” es controlado por grandes tramas internacionales.

En este basurero hay más de 40.000 personas, muchos de ellos niños y niñas, que malviven en medio de este venenoso cementerio electrónico.

Ellos saben perfectamente que, cada día, están muriéndose por el humo y la contaminación, pero la triste realidad es que, si dejan de hacerlo, no tienen medios para sobrevivir.